El último año participaron 4,159 ciudades en ochenta y ocho países, apagando las luces en muchos hogares y en algunos de sus monumentos más representativos simbolizando su compromiso. Se cuadruplicó el objetivo inicial, al lograr que más de mil millones de personas se sumaran a la iniciativa, es decir, casi una sexta parte de la población mundial.
Hace un año por esta fecha también se hacía la convocatoria para participar durante sesenta minutos en un esfuerzo a nivel mundial por seguir despertando la conciencia del cuidado que necesita nuestro Planeta. La acción es tan sencilla en sí que no requiere más que de la solidaridad personal y familiar. El éxito que ha alcanzado estriba en su único requisito: las ganas de participar.
El último año participaron 4,159 ciudades en ochenta y ocho países, apagando las luces en muchos hogares y en algunos de sus monumentos más representativos simbolizando su compromiso. Se cuadruplicó el objetivo inicial, al lograr que más de mil millones de personas se sumaran a la iniciativa, es decir, casi una sexta parte de la población mundial.
Lo anterior es la respuesta al llamado que hace el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF) para que el próximo sábado 27 de marzo de 20:30 a 21:30 hrs., se repita ese gesto de adhesión con muchos millones de participantes más alrededor del mundo, en la versión 2010 de la Hora del Planeta o la Hora de la Tierra. Lo ideal será lograr la participación por lo menos de seis mil ciudades.
Esta acción comienza a ser una fecha a celebrar que encierra un mensaje de esperanza y vida mediante una campaña social de alta sensibilidad y apoyo por parte de los medios de comunicación y la ciudadanía en muchos lugares.
Este año existen más motivos para sumarse a la invitación, además del fracaso de la Cumbre de Copenhague, el poco interés de los gobiernos para disminuir los gases de efecto invernadero, la acelerada deforestación, la carnicería de focas y delfines con motivos comerciales o como rito de iniciación que marca el ingreso a la juventud en sociedades aparentemente desarrolladas, la matanza de tortugas y el despojo de sus huevos para tráfico ilegal.
Lo anterior es apenas una pincelada de la problemática mundial, pero cada día aumenta el número de seres humanos que demuestran su sensibilidad y solidaridad en causas comunes, interesados en contribuir a mitigar problemas mundiales.
El gran reto es trabajar en beneficio de la humanidad y de su seguridad frente a la dinámica del Planeta y lograr que nuestra especie interrumpa su camino depredador de los ecosistemas.
La forma: la sencillez de una invitación ha sido determinante para su aceptación.
El fondo: pensar con creatividad en más propuestas para beneficio de nuestro Planeta y nuestra especie, porque: TODOS SOMOS NATURALEZA.
El último año participaron 4,159 ciudades en ochenta y ocho países, apagando las luces en muchos hogares y en algunos de sus monumentos más representativos simbolizando su compromiso. Se cuadruplicó el objetivo inicial, al lograr que más de mil millones de personas se sumaran a la iniciativa, es decir, casi una sexta parte de la población mundial.
Lo anterior es la respuesta al llamado que hace el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF) para que el próximo sábado 27 de marzo de 20:30 a 21:30 hrs., se repita ese gesto de adhesión con muchos millones de participantes más alrededor del mundo, en la versión 2010 de la Hora del Planeta o la Hora de la Tierra. Lo ideal será lograr la participación por lo menos de seis mil ciudades.
Esta acción comienza a ser una fecha a celebrar que encierra un mensaje de esperanza y vida mediante una campaña social de alta sensibilidad y apoyo por parte de los medios de comunicación y la ciudadanía en muchos lugares.
Este año existen más motivos para sumarse a la invitación, además del fracaso de la Cumbre de Copenhague, el poco interés de los gobiernos para disminuir los gases de efecto invernadero, la acelerada deforestación, la carnicería de focas y delfines con motivos comerciales o como rito de iniciación que marca el ingreso a la juventud en sociedades aparentemente desarrolladas, la matanza de tortugas y el despojo de sus huevos para tráfico ilegal.
Lo anterior es apenas una pincelada de la problemática mundial, pero cada día aumenta el número de seres humanos que demuestran su sensibilidad y solidaridad en causas comunes, interesados en contribuir a mitigar problemas mundiales.
El gran reto es trabajar en beneficio de la humanidad y de su seguridad frente a la dinámica del Planeta y lograr que nuestra especie interrumpa su camino depredador de los ecosistemas.
La forma: la sencillez de una invitación ha sido determinante para su aceptación.
El fondo: pensar con creatividad en más propuestas para beneficio de nuestro Planeta y nuestra especie, porque: TODOS SOMOS NATURALEZA.
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